Esta precaución, que parece exagerada a los que ya han tenido relaciones con la electricidad y se han acostumbrado a no darle importancia, es, sin embargo, completamente imprescindible en la mayoría de los casos; y más, en algunos (como cuando, debido a una avería insospechada, se han fundido los plomos). Si tiene una avería en su instalación eléctrica puede contratar a un electricista en Madrid. |
La desconexión del suministro es muy fácil: desconectar el interruptor general.
En la entrada de la instalación eléctrica a la vivienda y generalmente en el mismo cuadro o tablero donde se halla el contador y los fusibles, existe un interruptor general que abre y cierra el paso de la corriente. Este interruptor, como cualquier otro interruptor eléctrico, permite interrumpir (de ahí su nombre) el paso de la corriente, siempre que se quiera. La única peculiaridad del interruptor general es que está a la entrada de la instalación, y que la interrupción de la corriente es a toda la vivienda. Generalmente este interruptor está colocado de manera que con la palanquita hacia arriba no hay conexión eléctrica, y con la palanquita hacia abajo sí la hay. Para mayor seguridad, muchos de estos interruptores tienen una señal roja, que solamente aparece cuando hay conexión establecida, y queda oculta cuando no lo está.
En vez del interruptor corriente, en caja aislante, algunas instalaciones —especialmente las de tensión alta— poseen un interruptor análogo a los que se usan en la industria: una palanca en forma de horquilla, protegida generalmente por una envoltura aislante. En este caso, la palanca estará siempre arriba cuando esté el contacto establecido.
Ciertas instalaciones más perfeccionadas poseen un disyuntor o interruptor automático, que interrumpe automáticamente la corriente cuando en el circuito que protege se produce una sobrecarga o un cortocircuito.
De estos interruptores, o disyuntores volveremos a hablar, cuando nos refiramos a cómo entra en la casa la electricidad.
Pero antes de referirnos a ello subrayemos otra precaución importantísima: no manipular ningún accesorio, aparato eléctrico o parte de una instalación de electricidad, hallándonos sumidos en un ambiente húmedo ya sea estando mojados o pisando un suelo encharcado y con el calzado empapado. La manipulación de accesorios eléctricos conectados cuando se acaba de salir del baño o de la ducha es extraordinariamente peligrosa.
También pueden ser causa de accidentes el entrar en contacto con la electricidad en malas o bajas condiciones físicas corporales, como pueden ser la fatiga y cansancio y el estar muy sudados.
Otra precaución elemental es la de no tocar jamás un hilo eléctrico roto. Hay que tener presente que la presencia de la corriente eléctrica no se advierte porque no se ve (como ocurre con una corriente líquida que se ve fluir) ni se oye, ni se huele (como sucede con un escape de gas). Un hilo cortado, aparentemente inofensivo, puede ocasionar una grave descarga eléctrica si se toca por sus extremos.
Añadamos a estas advertencias elementales otras precauciones tales como son la de desconectar todo aparato que no se utiliza y asimismo la de no tomar muy en serio los «buenos consejos» que suelen dar algunos «entendidos».
Así, por ejemplo, la afirmación tan repetida de que «solamente es peligrosa la corriente de 220 voltios o más». Aunque si bien es cierto que siempre es más contundente una tensión alta que la baja, también la tensión de 125-110 voltios puede dar algún disgusto e, incluso, llegar a ser mortal según las circunstancias. Es preferible desconectar la corriente aunque se tenga que trabajar con tensiones bajas.
Otro «buen consejo» es el que reza que «usando un calzado de goma o colocándose sobre madera o un material aislante se estará inmune contra la electricidad». Es verdad que la goma y la madera, así corno el vidrio y la porcelana, así como otros materiales, aíslan de la electricidad. Pero pudiera muy bien ocurrir que los zapatos, a pesar de ser de goma, estén húmedos o que, aunque estemos aislados de los pies nos apoyemos con las manos u otras partes del cuerpo contra la pared o algún objeto que haga masa con el suelo.
Es preferible que nos tomemos la molestia de llevar a cabo algunos pasos hacia el interruptor general, para desconectar toda la instalación y operar tranquilamente sin corriente que recibir una descarga que puede quedar reducida a un buen susto.
En la entrada de la instalación eléctrica a la vivienda y generalmente en el mismo cuadro o tablero donde se halla el contador y los fusibles, existe un interruptor general que abre y cierra el paso de la corriente. Este interruptor, como cualquier otro interruptor eléctrico, permite interrumpir (de ahí su nombre) el paso de la corriente, siempre que se quiera. La única peculiaridad del interruptor general es que está a la entrada de la instalación, y que la interrupción de la corriente es a toda la vivienda. Generalmente este interruptor está colocado de manera que con la palanquita hacia arriba no hay conexión eléctrica, y con la palanquita hacia abajo sí la hay. Para mayor seguridad, muchos de estos interruptores tienen una señal roja, que solamente aparece cuando hay conexión establecida, y queda oculta cuando no lo está.
En vez del interruptor corriente, en caja aislante, algunas instalaciones —especialmente las de tensión alta— poseen un interruptor análogo a los que se usan en la industria: una palanca en forma de horquilla, protegida generalmente por una envoltura aislante. En este caso, la palanca estará siempre arriba cuando esté el contacto establecido.
Ciertas instalaciones más perfeccionadas poseen un disyuntor o interruptor automático, que interrumpe automáticamente la corriente cuando en el circuito que protege se produce una sobrecarga o un cortocircuito.
De estos interruptores, o disyuntores volveremos a hablar, cuando nos refiramos a cómo entra en la casa la electricidad.
Pero antes de referirnos a ello subrayemos otra precaución importantísima: no manipular ningún accesorio, aparato eléctrico o parte de una instalación de electricidad, hallándonos sumidos en un ambiente húmedo ya sea estando mojados o pisando un suelo encharcado y con el calzado empapado. La manipulación de accesorios eléctricos conectados cuando se acaba de salir del baño o de la ducha es extraordinariamente peligrosa.
También pueden ser causa de accidentes el entrar en contacto con la electricidad en malas o bajas condiciones físicas corporales, como pueden ser la fatiga y cansancio y el estar muy sudados.
Otra precaución elemental es la de no tocar jamás un hilo eléctrico roto. Hay que tener presente que la presencia de la corriente eléctrica no se advierte porque no se ve (como ocurre con una corriente líquida que se ve fluir) ni se oye, ni se huele (como sucede con un escape de gas). Un hilo cortado, aparentemente inofensivo, puede ocasionar una grave descarga eléctrica si se toca por sus extremos.
Añadamos a estas advertencias elementales otras precauciones tales como son la de desconectar todo aparato que no se utiliza y asimismo la de no tomar muy en serio los «buenos consejos» que suelen dar algunos «entendidos».
Así, por ejemplo, la afirmación tan repetida de que «solamente es peligrosa la corriente de 220 voltios o más». Aunque si bien es cierto que siempre es más contundente una tensión alta que la baja, también la tensión de 125-110 voltios puede dar algún disgusto e, incluso, llegar a ser mortal según las circunstancias. Es preferible desconectar la corriente aunque se tenga que trabajar con tensiones bajas.
Otro «buen consejo» es el que reza que «usando un calzado de goma o colocándose sobre madera o un material aislante se estará inmune contra la electricidad». Es verdad que la goma y la madera, así corno el vidrio y la porcelana, así como otros materiales, aíslan de la electricidad. Pero pudiera muy bien ocurrir que los zapatos, a pesar de ser de goma, estén húmedos o que, aunque estemos aislados de los pies nos apoyemos con las manos u otras partes del cuerpo contra la pared o algún objeto que haga masa con el suelo.
Es preferible que nos tomemos la molestia de llevar a cabo algunos pasos hacia el interruptor general, para desconectar toda la instalación y operar tranquilamente sin corriente que recibir una descarga que puede quedar reducida a un buen susto.