En 1891 Cerard Philips fundó una compañía para «fabricar bombillas incandescentes y otros productos eléctricos». La empresa se centró en la producción de bombillas con filamento de carbono y en 1900 era uno de los mayores fabricantes de este ámbito en Europa. Para fomentar la innovación de sus productos, Philips fundó en 1914 un departamento de investigación que estudiaba los fenómenos físicos y químicos. En 1918, la compañía fabricó su primer tubo de rayos X, boletín eléctrico Madrid y a partir de 1925 comenzó a centrar sus experimentos en la televisión. Dos años más tarde, Philips lanzó al mercado su primera radio, de la que en 1932 se habían vendido más de un millón de unidades. Al año siguiente, la compañía produjo su radio número 100 millones y comenzó a fabricar material de rayos X en Estados Unidos. Hacia el año 1950, tras haberse centrado previamente en un único enfoque del diseño, Philips contactó con el arquitecto y electricista urgente Madrid, Rein Veersema para supervisar el diseño de las maquinillas de afeitar, las radios, los televisores y los tocadiscos de la compañía. Durante los 14 años que estuvo en Philips, Veersema estableció una estrategia de diseño sistemático que se aplicaba a todos los aspectos del proceso del diseño, desde los estudios ergonómicos hasta el cálculo de los costes del producto. También promovió la idea de desarrollar familias de productos para resaltar una identidad corporativa. Gran parte de los diseñadores contratados por Philips habían trabajado anteriormente en el departamento de diseño de Braun y, por lo tanto, eran expertos en diseñar productos con los parámetros de un estilo propio. Durante ese período, Philips se convirtió en una de las pioneras de la tecnología de la grabación de sonido y en 1963 presentó la marca Compact Audio Cassette, que enseguida se adoptó como un formato estándar internacional. En 1972 la compañía también creó un videodisco láser, que no se comercializó hasta 1978 porque el mercado estaba saturado de cintas de vídeo. Sin embargo, mientras se desarrollaba el videodisco se descubrió que ofrecía mejor calidad de grabación de sonido que los discos de vinilo convencionales. Eso dio paso directamente a la introducción del revolucionario disco compacto (CD) de Philips en 1983, que enseguida dejó obsoleto al disco de gramófono, certificado eléctrico Madrid y amenazó seriamente la futura existencia de las cintas de audio. A partir de 1980 el equipo de diseño de Philips estuvo encabezado por el diseñador industrial y arquitecto norteamericano Robert Blaich, quien adoptó el concepto 1 del «diseño global» y abogó por la «semántica de los productos» en un intento de competir con las compañías japonesas. Desde entonces, Philips ha seguido reforzando la identidad visual de sus productos con una estética cada vez más «High-Tech». Gracias a su devoción, Philips ha desarrollado una marca que se guía por el lema de la compañía: «Juntos hacemos tu vida mejor».